NIHIL PRIUS SEVILLA

 

A Juan Ignacio Zoido le crecen los enanos. Ahora es el Defensor del Ciudadano de Sevilla, José Barranca, el que se le sube a las barbas. En un artículo del Diario de Sevilla se hacen eco de algo que llevaba tiempo coleando por la Corte, la bronca entre el Primer Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Sevilla, Javier Landa y el Defensor a cuentas del “Informe Barranca 2013”.

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Parece ser que Landa, “el justiciero del bofetón a los niños malos”, le exigió por escrito a Barranca que retirara algunas partes de su informe. Lo que pasó entonces fue que el Defensor, que gusta de definirse como “de derechas, español, católico y orgulloso de ser militar” , se le metió en los mismísimos que a él nadie le enmendaba la plana y menos Landa, que en el Ayuntamiento manda menos que la querida de un globero.  Como el primer teniente de Alcalde  no podía arreglar el asunto como a él le gustaría, es decir, a bofetones en la puerta de la casa grande, le dio por el pataleo. Lo propio de un hombre de su cargo, como se imaginarán.

-Ea, pues como la orden para su impresión la tengo que dar yo ahora me enfado y aquí no se fotocopia una leche. Te quedaste sin informe, cabrón.

Cerrojazo en el cajón de su despacho y ancha es Castilla… por Andalucía.

El Informe en cuestión es para verlo, o mejor dicho, leerlo sin que los ojos te sangren. Digno de tertuliano de la Caverna (hay quien dice que es precisamente a lo que está opositando el señor Defensor para no ser menos que su archienemigo, el abogado Joaquín Moeckel, que según dicen «se llevan a matar»). Pero a lo que íbamos, la introducción de tres páginas escrita y firmada por el susodicho Barranca parece más un saludo de pascua para la hermandad de ex legionarios sevillanos que un texto analítico y objetivo que cifra en su calidad propositiva su buen hacer como institución pública. Un panfleto casposo lleno de intencionalidades, subjetividades y referencias a eruditos como… Paco Robles, más alguna frase des contextualizada de  Juan Ramón Jiménez.

La bronca está siendo monumental según cuentan y entre tanto excelentísimo y excelentísima, aburridos de no hacer nada en todo el día, esta guerra se ha convertido en manera divertida de justificar el salario. Triste no, lo siguiente.

Por un lado la cohorte de arribistas y paniaguados que siguen, como buenos lacayos, al Alcalde y a Gregorio Serrano por donde vaya. Loadores de twitter,  pregoneros de gloria y forofos del gintonic de media tarde en el Arenal. Niños bien que no han dado un palo al agua en su vida y que han visto en los centenares de liberaciones del Ayuntamiento de Sevilla y los pagos en B de San Fernando una forma de ganar mucho dinero rápidamente doblándola más bien poco. A Zoido le encanta, dicho sea de paso, rodearse de ese ejercito de mangones que le glosan como al nuevo Rey Santo libertador de la Sevilla eterna, esa del millón de bares y las cuatro bibliotecas.

Por el otro los zoidistas puros, los “camisas viejas”, esos que han aguantado todos los años de la oposición a pie firme como buena y fiel infantería y que ahora se encuentran muchos desplazados por su lenguaje y sus formas autoritarias, otros ignorados y la mayoría solo muy bien pagados cuando en su fuero interno saben que deberían estar excesivamente bien remunerados. Esos que reniegan de la falta de mano dura con la Corrala o de la poca valentía de los que rodean “al jefe” ( o al Padrino digo yo, puestos a renombrar) sin usar la mayoría absoluta para meterle mano a la Alameda y a la Gavidia.

Y mientras tanto Zoido, el Alcalde del Empleo, el de las 24 horas dedicado a Sevilla, el de la luz y el taquígrafo, ese para el que el único carnet que valía sería el de identidad, etc etc, frotando y dejándose frotar.

El Informe de Barrera comienza y termina con una frase en latín, “Nihil prius Sevilla”, o lo que es lo mismo “nada antes que Sevilla”. Impera en el equipo de gobierno esa concepción falsaría e hipócrita de una Sevilla que en la realidad no existe. ¿Qué es Sevilla? cabría preguntarse en este punto. Zoido y los suyos lo tienen claro, “Sevilla es Sevilla”. ¿Queda claro no? Diálogo de besugos que esconde una terrible verdad, Sevilla será lo que ellos quieran que sea, lo que les interese que sea.

 

¿Cuándo habrá en Plaza nueva alguien con suficiente responsabilidad cívica que haga de su gestión un solo y contundente grito de Nihil prius sevillanos?.

UTOPÍA

Uno nunca sabe por donde llegará la chispa que incendiará la pradera y más con la que esta cayendo. Vivimos un momento político muy complicado y apasionante. Nunca como hasta ahora los consensos de la transición habían estado tan rotos, tan débiles, buena muestra de ello ha sido que el realojo de 22 familias de la Corrala Utopía este a punto de provocar la ruptura del Gobierno Andaluz. Son tiempos asombrosos, sin duda, estos que vivimos.

Hacía mucho que las bases y votantes de IU no podíamos decir a boca llena que nuestra gente en la Junta lo había hecho “del carajo”, y la verdad es que nos hacía falta para reconciliarnos con nuestro voto del 25M y recuperar la ilusión de cara a los próximos comicios que están por venir. Y es que la posición mantenida en todo este proceso ha sido de altura, tanto el equipo de Jose Manuel García en Sevilla Capital, como el de Gutiérrez Arregui en el provincial y el de Antonio Maillo en el Consejo Andaluz  – Y no digamos los muchachos/as de Fomento- han sabido anteponer “la gente” a los Pactos; la coherencia a la asunción del discurso de la derecha; la política a la soberbia del puñetazo en la mesa. Vamos , la política a la anti política.

Si algo ha enseñado el 22M es que hay musculo para organizar un movimiento popular de corte transformador y alternativo al neoliberalismo y sus recortes. La ausencia de una propuesta alternativa rigurosa y creíble quedó salvada, en mi opinión al menos, en la ultima Asamblea de IU y en los procesos congresuales y fundacionales de diversas fuerzas políticas (especial mención las aportaciones teórico prácticas del Partido Comunista de Andalucía en su último Congreso), se salvaba así el gran riesgo para el perfilamiento político de la izquierda transformadora que veíamos asomar en los últimos tiempos,  la práctica política poco diferenciada de la habitual en los partidos tradicionales. El peligro de ser los administradores “necesarios” de la crisis sin plantear alternativa (recortes incluidos) era negativo en tanto en cuanto  no resolvía el sufrimiento de los sectores populares primero, y  nos llevaba irremediablemente al dique seco durante décadas, después.

La posición firme y consecuente en todo el asunto “Corrala” marca la línea de actuación futura en IU,apostar por la resistencia social y política al saqueo neoliberal lo practique el PP o el PSOE.  Todo esto sin olvidar que lo que hay tras el Decretazo de  Susana es ese gran pacto de Estado del bipartidismo por la Segunda Transición que traiga a Felipe VI y garantice otras tres décadas de negocio a expensas del erario público. Con las cosas del comer no se juega y eso lo sabe bien la señora Presidenta que lleva comiendo de esto desde los dieciocho años.

Acierta nuestra gente cuando reniega de la política como “el arte de lo posible” y supera así la concepción estrecha de la visión tradicional de esta. Acierta también cuando no se deja llevar por la bilis del manotazo en la mesa impresentable de esa Señora. Construcción de la alternativa desde la razón y la rebeldía.Otra utopía posible.

 

Ahora bien plantearse la política como el arte de la construcción de una mayoría social alternativa, popular y con capacidad transformadora, algo “imposible” de pensar tan solo hace  diez años, significa al mismo tiempo rechazar dos tipos de estilos políticos que impiden precisamente este proceso: el manijerismo  (como conmigo no se contó para “jefe” ahora que arda Troya) y el espontaneismo de la izquierda no consecuente, como por ejemplo el artificial y subjetivo titular de larepublica.es “Las bases de IU en Andalucía reclaman la ruptura del pacto de gobierno con el PSOE”  (http://www.larepublica.es/2014/04/las-bases-de-iu-en-andalucia-reclaman-la-ruptura-del-pacto-de-gobierno-con-el-psoe/). Extraña afirmación teniendo en cuenta el considerable número de las bases de IU. Yo por ejemplo no se ni lo que piensa el total de mi Asamblea de base, la del Distrito Sur de Sevilla, que pese a los esfuerzos de algunas y algunos compañeros no hemos conseguido que se reúna para debatir, intercambiar opiniones, sobre la situación actual,  imagínense arrogarse el sentir de TODAS las personas que conformamos IU Andalucía. A no ser, claro, que por bases de IU se entienda el criterio propio, el de los cuatro colegas que te rodean y lo que hayas podido leer por twitter.

 

Marta Harnecker en su obra “La izquierda en el umbral del siglo XXI” plantea una interesante reflexión que puede servirnos en  el particular “Un estilo político consecuente con la concepción de la política como arte de la construcción de una fuerza social popular parte de la base de que la fuerza social no es algo ya dado sino que hay que construirla y que las clases dominantes tienen una determinada estrategia para impedirlo. Esto implica no dejarse llevar por la situación  sino actuar sobre ella seleccionando entre los espacios y conflictos presentes aquellos donde debe concentrar sus energias en función del objetivo central: la construcción de fuerza popular. Esta construcción no se produce espontáneamente, requiere de un sujeto constructor, de un sujeto político capaz de orientar su acción en base a un análisis de la totalidad de la dinámica política.”

Dice el refrán que cuando todo lo demás falla recurre a la prudencia. Si en la gestión de esta crisis el Consejo Andaluz de Maíllo  lo ha hecho tan bien no hay de entrada razón para dudar que a partir de ahora gestione mal la situación. A la “Realpolitik susanista” debemos oponer una política que, sin que deje de ser realista (en la concepción Gramsciana de la crítica al “realismo político excesivo”), vaya creando las condiciones para la construcción del movimiento popular y ese camino, compañeros y compañeras, esta plagado de Utopía.

Siendo así parece razonable que a parte de los medidos pasos que está dando la dirección en la negociación con el , de momento , socio de gobierno las Asambleas de base se reúnan para debatir, dialogar, confrontar las opiniones en la lógica programática de nuestro proceso asambleario y otros procesos congresuales como el del Partido Comunista de Andalucía, tener una organización viva en contacto con los movimientos sociales , activa, y  por otro lado convocar a referéndum a la Organización sobre la permanencia en el Gobierno de la Junta de mantenerse la retirada unilateral de competencias. Felipe Alcaraz lo planteaba a la perfección en uno de sus tweets “Si Susana nos retira provisionalmente las competencias de vivienda hay que dejar provisionalmente el Gobierno para consultar a las bases”. Ni medio millón de palabras más que decía un amigo mío. Convoquemos referéndum y a ver colectivamente que decidimos.

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Pero más allá de reunir las Asambleas y de convocar a la militancia de IU a Referendum lo importante en este momento va a ser no quedarnos parados, que la Organización en su amplio sentido se vea en la calle,en la lucha,  acudir masivamente a las manifestaciones por la República por ejemplo,(en Sevilla recuerdo es el sábado 12 a las 12.30 h salida desde los jardines de Cristina), continuar movilizándonos con la gente como gente. No se si al final del camino eso servirá para tumbar al Régimen pero al menos podremos decir que nunca dejamos de perseguir la utopía y que lo hicimos acompañando a todo aquel que quiso hacer el mismo camino.

El economista, filósofo y teólogo de la liberación Franz Hinkelammert en su obra “La lógica de la exclusión” dice “ … el arte de la política [popular y transformadora] es también el de saber discernir dentro de las imposibilidades aquellas que son imposibles de aquellas que pueden transformarse en posibles si se crean las condiciones necesarias para ello y en este sentido para un realismo político la UTOPÍA se transforma en fuente de inspiración , en referencia de juicio, en reflexión de sentido”.

 Que oportuno y que maravillosamente utópico.

 

La alternativa que llegó el 22M

 

                Pasearse por Madrid acompañado por un millón y pico de personas, que quieren que les diga, tiene su puntito. Si además te encuentras rodeado por todo el amplio y plural espectro de la movilización social contra los recortes pues mucho más. Puede que los analistas de renombre tengan razón y el movimiento popular que tomó Madrid durante 24 h el pasado sábado 22 de marzo se quede, como tantas otras veces, en nada. Puede ser.

O puede que no.

Nunca como hasta ahora los consensos que formaban el corpus iuri de la transición habían estado tan tocados.  El modelo de protesta política en España también ha cambiado, evolucionado, mutado por la propia realidad que imprime la pobreza en que nos han sumido como sociedad.  La ausencia de perspectivas de futuro es un eficiente catalizador  de la protesta social, esa protesta hoy se expande más allá de los  márgenes que la mantenían encorsetada dentro de los dos sindicatos mayoritarios. La expresa, e indigna, voluntad desmovilizadora de CCOO y UGT representado en esa farsa de reunión del Gobierno con los agentes sociales en Moncloa buscaba una manifestación mucho más minúscula de lo que al final fue.  Sin embargo la oficialista claudicación de Toxo y Mendez a los que el gobierno les puede sacar  más facturas comprometedoras ( ¡¡ que os tienen cogidos por los huevos a base de recibís, imbéciles!!) tuvo un efecto contrario al deseado, efecto que se me antoja hasta esperanzador. Consiguió despertar el cabreo (ese arma política transformadora tan española) en gran parte de la militancia sindical que asqueada de sus dirigentes se unió a las Marchas. Hasta ahora en España CCOO y UGT eran los únicos capaces de meter un millón o más de personas (organizadas para conseguir un objetivo político) en Madrid. Esa era su fuerza y su legitimidad ante el poder del consenso oficial. El 22M eso cambió.

 

Hay quien dice que esto ha pasado  otras veces y que al final el Poder siempre gana. Bueno, puede ser.

O puede que no.

 

El gen de la protesta política en España no es el único que ha mutado. También la mentalidad de los agentes de las Unidades de Intervención Policial, bien porque algunos empiezan a disgustarse por ese papel de matones represores de la protesta social que les han asignado u otros porque no les dejan,  de momento , sacar las tanquetas y las lacrimógenas a la calle. Sea como fuere no es baladí que quinientos de ellos se concentraran ayer 23 de marzo frente al acuartelamiento de la UIP de Madrid en  contra de sus mandos policiales. Un fenómeno a observar porque  puede ser inmensamente positivo o tremendamente trágico.Imagen

–          La próxima vez que vaya el ministro, tanto cojones que tiene para mandarnos a nosotros. – Se les escuchaba protestar a alguno. – Antes que ver muerto a un compañero tiro de la pistola reglamentaria que para algo está.- Se escuchaba a otro.

La imagen del 22M mostraba una alternativa real, posible, constructiva, pacífica y unitaria al actual modelo cleptocrático que impera; imagen pues tremendamente peligrosa para la mafia que nos mal gobierna. De ahí que se hiciera urgente generar disturbios justo a la hora de la conexión con los informativos. Necesitaban una imagen negativa con la que mandar un mensaje, difamatorio pero inmensamente efectivo, a la ciudadanía, “o nosotros o el caos”. O los hombres de negro, corbata y tijeras o los muchachos de la capucha y el molotov parece decir la cobertura mediática de las Marchas durante y después, porque antes ha imperado la censura oficial en los medios de comunicación. Es un discurso falsario, reaccionario y antiguo pero les ha funcionado antes y posiblemente les funcione ahora. Puede ser.

 

O puede que no.

Puede que lo generado en la organización previa del 22M haya fermentado más allá de lo que las anteriores estrategias de comunicación de masas tuvieran estudiado. El uso de las redes sociales y el papel de las radios y televisiones comunitarias e independientes ha sido clave para romper el bloqueo mediático, cada cual desde su forma de entender la realidad con una persepectiva social, progresista y de izquierdas ha hecho como el colibrí en la leyenda aimara, cuando en medio de un incendio todos los animales escapan menos un pequeño colibrí que recogiendo agua con su pequeña trompa , una y otra vez, intenta apagar el fuego. Cuando el resto de animales le dicen que que está haciendo, que el fuego es imposible de detener el colibrí responde «Yo solo hago mi parte.» Cada cual hizo lo suyo, lo que le tocaba poniéndole todo el corazón, mojándose hasta mancharse y salió bien.

                Si de algo puede presumir el 22M es de pasión por la unidad. Se podía sentir ese espíritu de juntarse con toda y todo el que estuviera  dispuesto a caminar la primavera,  por eso es tiempo de generosidad también en las cúpulas,porque toda esa gente de la protesta social a los recortes que hasta ahora luchaba en su pequeña parcelita ha ido encontrándose con el resto en la calle, en la movilización, en el si se puede. Y toda esa gente, los millones que estuvimos en Madrid y los que no estuvieron pero  empujaban desde casa, han dado ese paso generoso;  evolucionando de esa resistencia social aislada  hacía una resistencia  política unitaria contra los recortes. Aquí radica la importancia histórica del 22 de marzo de 2014.

Que todo ese caudal creador tienda hacia una candidatura unitaria, plural y transformadora (ojo, no como meta sino como método) que lleve la protesta social al Congreso y  al Senado será la asignatura pendiente en los próximos años.Imagen

Julián Marías decía que la realidad siempre se venga del que no cuenta con ella.  De los sindicatos mayoritarios se  vengó el sábado. Toca observar, analizar , rectificar y aprender. El 22M rozamos con los dedos la alternativa, nosotros lo sabemos pero ellos, el Poder, también. El que no quiera ayudar al menos que no moleste a los que intentan hacer algo.

Degustamos por un día el néctar de los procesos populares que nacen desde la unidad de acción y es un néctar lo suficientemente dulce, exquisito, como para que se nos olvide de un día para otro.  Debemos estar a la altura de lo que reivindicamos en la calle, o la calle estará a la altura de lo que el país le demanda. Para que no haya una segunda transición que nos coloque a Felipe VI de Borbón debe haber antes una primera ruptura. Pacífica, en positivo, creadora. No se trata de quemar nada sino de alumbrar lo nuevo. Una revolución tranquila (a lo canadiense) que empodere a la ciudadanía y encorsete los desmanes de la oligarquía que ha provocado la situación actual.

Porque algo está cambiando en España, solo un necio o un redactor de un periódico español sería incapaz de verlo. Hace cinco años la tercera edad no era sino una molestia, población inactiva con la que no se sabía que hacer sino verla vegetar y chupar medicamentos.  Hace un año esos mismos ancianos con los que nadie contaban han tenido en jaque a todas las corporaciones municipales de Galicia, yo he visto a Alcaldes escapando por las ventanas de sus ayuntamientos porque los “yayofalutas” o los de las preferentes se empoderaron reclamando que se les devolviera el fruto del trabajo de toda su vida.  Puede parecer algo anecdótico pero es una muestra  de lo que se puede conseguir cuando este Pueblo decide reivindicar que no somos solo ciudadanos cada cuatro años para votar, sino siempre para gobernar.

Construir ciudadanía frente a aquellos que solo nos quieren como consumidores. es la tarea.

 

Algo está cambiando en España. Antes de la crisis  era imposible pensar en llenar Madrid con un millón y medio de personas reivindicando un modelo estatal, económico, político y social distinto al actual; ni monárquico, ni especulativo – rentista,  ni bipartidista, ni injusto con la mayoría social. Cuestionar la España salida de la transición no solo era impensable sino de zopencos, Y sin embargo el 22M aquel Madrid “rompeolas de todas las Españas” volvió a amanecer tricolor. La España de la cultura y el trabajo resistiéndose a morir una vez más.

Hay quien intenta decepcionarme por mi bien. Hay quien me dice que lo más seguro es que todo siga igual de mal como hasta ahora. Que el efecto del 22M se disolverá en las eternas y estúpidas parcelas individuales de poder político; que los de la protesta sindical se volverán a su lucha aislada en su parcela laboral; que los de la lucha contra los desahucios a sus escraches; los pensionistas y preferentistas a sus concentraciones; los medios de comunicación independientes a nuestras espacios de libertad mediática como aldeas galas de la información, y que los activistas por los derechos humanos se volverán a sus verjas de Ceuta y Melilla .

Me dicen, por mi bien, que el germen de la Unidad para crear un futuro diferente al asignado se esfumará y que algún día hasta los que vivimos aquel 22M en un Madrid otra vez republicano creeremos que fue todo producto de un agitado sueño de primavera.

Y puede que tengan razón.

O puede que no.

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Siempre que se celebra el aniversario del fallecimiento de Antonio Machado a alguien se le enciende la bombilla y propone su repatriación. En esta ocasión ha sido  Luciano Alonso , consejero de Educación, cultura y deporte de la Junta de Andalucía el que le ha visto punta a un entierro al más alto nivel del poeta sevillano. Es una idea  legítima, por supuesto, pero no se yo si acertada. Me explico.

Antonio Muñoz Molina en su excelente ensayo “Todo lo que era sólido” de Seix Barral cuenta  que durante una reunión con Jose Luis Rodriguez Zapatero  éste, hablando de otra cosa, hace mención de pasada a que tiene gente trabajando en la repatriación del poeta. Con esta referencia lo que pretendo indicar es que la cuestión de que los restos del poeta y su madre vuelvan a España lleva figurando en la agenda política oficial muchos años, sin que haya tenido resultados hasta el momento.

La vuelta de Machado sin duda sería un acto de justicia histórica pero , en mi opinión, quizás deberíamos plantearnos la cuestión desde otra perspectiva.

Machado cruzó la frontera hundido, triste, cabizbajo, derrotado, sin pizca de aquella sonrisa socarrona de hombre inteligente que nos regala en sus retratos; con su madre en brazos de su buen amigo Corpus Barga, el ensayista madrileño que les acompañó hasta el final. Quien sabe que hubiera sido de Antonio y su madre sin él en aquella huida terrible que fue el éxodo por los Pirineos.   Cuentan que Corpus Barga se enfrentó al soldado senegalés que custodiaba la frontera francesa exigiéndole que levantara la barrera ante aquel hombre, esquelético bajo su viejo gabán, para que pudiera atravesarla con el respeto que merecía su persona. Así escapó de su país el mayor poeta de España, empapado al igual que el pelo de su pobre madre, que no dejaba de preguntar si quedaba mucho para llegar a Sevilla.    Aquel que hizo rica nuestra lengua atravesó la frontera pobre como las ratas, con un par de maletas, un bastón y unos versos en el bolsillo donde recordaba los días azules y el sol de su infancia.

Nuestra historia es así de fecunda, (y de perra) cuando de arrojar a sus mejores hijos a la persecución y la muerte se trata, mientras enriquece y entierra en mausoleos a sus tiranos.  Eso también es “Marca España” registrada.

En Collioure (Francia), tan lejos de Sevilla, encontró descanso aquel hombre bueno  a su fatigado camino solo para morir de pena un mes más tarde, el 22 de febrero de 1939.   Su madre, Dña. Ana Ruiz Hernández, esa mujer a la que tanto debemos, – madre de Antonio y Manuel, esposa de Demófilo y nuera del gran Antonio Machado Nuñez, ¡ahí es nada!, –  le acompañó solo tres días después  sin que nadie se atreviera a contarle la muerte de su hijo.     Rafael Alberti cuenta en su autobiografía la profunda tristeza que sintió al conocer la noticia. La portada del ABC de Sevilla de ese día no se muestra tan dolida como el autor de “Marinero en tierra”,en ella un augusto busto de Franco con la leyenda “El glorioso Caudillo, recibe en Barcelona  homenaje por su alma sublime de español” le da la puntilla a la ironía histórica de aquel fatídico  febrero.  El día después de su muerte , cuando el mundo entero conocía ya la noticia , el mismo periódico presentaba en su portada una fila de soldados republicanos camino de los infames campos de concentración franceses “ El éxodo provocado por la horda roja: Una caravana interminable de milicianos rojos atravesaron el puente colgante de Boulou, en la frontera franco española”. Ni palabra sobre la muerte del mejor poeta de su tiempo.  En la España de la Oligarquía y de la Iglesia que estaba ganando la guerra no había lugar para el recuerdo, siquiera taimado, de sus enemigos y Machado era sin duda uno de los más peligrosos y decididos opositores de aquella vuelta a un país de tricornios, cerrojo y sacristía.  La Dictadura  con su  anti-política de la venganza secuestrará sus versos durante más de cuatro décadas. Demasiadas alusiones a la Libertad entre ellos como para no censurarlos.

ImagenEs cierto que a  José Díaz , ya en democracia, lo repatriaron al igual que a  Diego Martínez Barrios y gracias a ello hoy todo el que lo deseé puede ir a rendirles homenaje al cementerio de San Fernando, pero hay algo con Machado, como con Don Manuel Azaña que me hace dudar sobre su vuelta. Porque digo yo,  ¿acaso Sevilla se la merece?, ésta Sevilla gobernada por los mismos que marginaron a Cernuda por homosexual; la Sevilla que despreció a su padre Demófilo; la que no es capaz de nombrar ni una plazuela con el nombre de su abuelo que  trajo la luz del conocimiento evolutivo a España, mientras le da a una de sus principales avenidas el nombre de Mateos Gago, Canónigo fanático de la Catedral y furibundo opositor de las ideas darwinistas que no descansó hasta ver expulsado a Machado Nuñez de la Universidad de Sevilla.  ¿Esa Sevilla?.  ¿La Sevilla que se echa a la calle ante el cambio del nomenklator franquista que llevó a cabo el anterior equipo de Gobierno Municipal?, ¿la Sevilla que denuncia a una Concejal electa por hacer cumplir la ley de Memoria Histórica y evitar un homenaje al fascista Luis de Foxá en 2011?, ¿la que tumba una Biblioteca de la arquitecta iraquí Zada Hadíd para poder seguir disfrutando de un parque público como su cagadero de perros particular?.

 Me queda la duda sobre si esta ciudad se merece que tan insigne sevillano retorne a ella para su definitivo descanso.

Hay muertos como Antonio Machado que hacen más por las causas que defendieron mientras “les cubre el polvo de un país vecino” que criando musgo en San Fernando. Que retornara el genio de la lengua castellana (y su madre) quizás rompería parte del hechizo inmortal del poeta; esa magia que se percibe ante su imagen; ese sentido de peregrinación democrática que nos ha llevado a muchos y a muchas hasta su tumba en el cementerio de Collioure.

Mientras  Machado descanse en Francia no le faltarán ni devotos visitantes ni portadas de periódico cada 22 de febrero y, por contra,  puede que de estar en Sevilla se diluyera entre la anonimidad que otorga el reconocimiento público.

Además, ¿que quien nos dice que querría volver? A lo mejor Don Antonio después de entregarlo todo al servicio del país y recibir en pago tamaño maltrato querría cualquier cosa menos volver a España.  Podría ser. Puede que pobre y abandonado se quedara sin tinta en la pluma (como  sin ganas de seguir luchando se quedaba su corazón) y que a aquel “estos días azules y este sol de la infancia”  lo que le acompañaba no fuera una referencia melancólica a Sevilla, sino un “pueden irse donde el Olmo viejo y una vez todos allí juntitos irse a hacer puñetas ”. 

                Quien sabe, podría ser y nosotros aquí de mientras imaginando tonterías.

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Entierro de Antonio Machado en el exilio, Collioure (Francia). 22 de febrero de 1939.

Entierro de Antonio Machado, Collioure (Francia)

Fragmento de la novela «El genocidio de la hermana Isabel»

«Me llamo Javier Egea, soy catalán, tengo 32 años y soy escritor. Bueno, “intento de”, más que escritor en si mismo. Si se interesaran por mi bibliografía deberían dirigirse a algún almacén de mala muerte de la Editorial Busquets de Barcelona, donde tras toneladas de polvo, cajas y rastros de insectos y roedores, se toparían con algún malogrado ejemplar de mi primera y única novela “Todos los poetas mueren en el exilio”, un intento de biografía del poeta sevillano Antonio Machado comenzada por el final de su azarosa vida.

La obra comenzaba con un funeral  llevado a cabo entre soldados de un Estado ya inexistente al que le quedaba un telediario para perder la Guerra Civil, en el cementerio de un pueblecito francés, Collioure, donde había llegado tras cruzar los Pirineos junto a su madre y cuatro maletas escapando del avance de las tropas franquistas que llegaban a Barcelona y, con ello, cortaban la España leal a la República en dos, copaban Madrid como último bastión de defensa de la legalidad republicana y se sentaban a esperar la capitulación de la República.

Su madre le seguiría pocos días después, dicen que ni tan siquiera sabía que su hijo había muerto antes que ella, una mujer octogenaria que había parido, ahí es nada, a dos de los mejores y más lúcidos próceres de la lengua castellana, a Antonio, al que la guerra y su conciencia le cogió en territorio republicano, y a Manuel que le cogió en Burgos y allí, en el bando nacional, pasó toda la guerra sobreviviendo y alabando las grandezas del Caudillo y sus tropas. Esa mujer a la que tanto debe la historia de este país – porque un país es su cultura, y su cultura son sus escritores – murió pensando que se hallaba en uno de aquellos patios sevillanos que Antonio glosara como recuerdos de su infancia.

Sea como fuere a Machado no lo enterraban en su Sevilla natal o en la Castilla de madurez y militante obra. Sus restos recibieron sepultura en una fría tierra extranjera que no tardaría ni un año en verse también teñida de sangre por el fascismo.

Hay una imagen que siempre llevo conmigo, la del entierro del poeta. En el féretro se adivina la bandera tricolor que lo cubre. Un cortejo fúnebre de civiles y militares acompaña a Machado en su último y postrer viaje. El grupo de soldados republicanos flanquea en riguroso respeto a los restos mortales que suspendidos sobre dos sillas de enea sostienen al gran maestro de la lengua castellana. alli congregados y en silencio rinden el ultimo adiós al gran español que soñó su patria desarrollada, culta y libre.

Machado había dicho en alguna ocasión que “Para enterrar a un hombre una sabana basta”. Quien sabe si premonitorio se adelantaba a su propia mortaja, rodeado de aquellos soldados del Ejército Popular en desbandada que guardaban, devotamente, el cuerpo sin vida de aquel al que tantas veces habían leído y escuchado en las trincheras.»

De profesionales y tarugos

Menudo día que llevo. A las siete salgo a correr por el Parque María Luisa y todo va bien, llevo un buen ritmo o al menos no puedo quejarme tras un mes de lesión en la rodilla, el pulso es bueno, a unas 170 pulsaciones por minuto de media. Con algunos corredores me saludo, ya nos conocemos, viejos compañeros de carreras muy temprano por el parque. En el móvil suena el tema “The far side of the World” de la banda sonora de Master and Commander, esa joya del cine bélico, adaptación  impecable de la obra homónima del gran Patrick O´Bryan de su serie histórica sobre la Armada Británica. Así que en esas andaba yo, o corría mejor dicho, imaginándome en la Surprise cuando de repente casi me espachurra la copa de una palmera, “¡crash! ¡¡ booom ¡!” alcancé a oír a pesar de  los auriculares ya que por suerte estaba en pleno decrescendo la sinfonía. Como iba corriendo pude acelerar la zancada y pasar, lo justo, antes   que toda la parte superior de la palmera, podrida y carcomida, se estampara contra el suelo. Otros corredores se acercaron para ver si estaba bien y al menos pude jurar en comandita contra Dios, Cristo, la Virgen bendita, María Magdalena y todas las palmeras del mundo mundial,  que siempre es más satisfactorio que hacerlo a solas.

Un compi de carreras mañaneras me aclara el tema:

– Es por el picudo rojo, se está cargando todas las palmeras. Ya son varias las que se han caído en el parque.

– ¿Y eso que es?¿un pájaro?.

– No, un escarabajo. – interviene otro. – Cría en las palmeras y cuando las larvas eclosionan se la comen literalmente. Como esto siga asi en una década dejan Sevilla sin ellas.

– Pues vaya con el puñetero bichito.

– Ya te digo, cualquier día tenemos una desgracia.

– ¿Y el Ayuntamiento lo sabe?

– Claro que lo sabe, pero prefiere no hacer nada.

En esas llega la Policía Municipal.

– Buenos días.

– Serán para Usted a mi casi me mata un escarabajo. – El personal congregado se ríe quitando hierro a la situación. El Municipal, sin embargo, me mira con mala cara y me dice “que me calme”,  con esa chulería tan de madero jovencito, a lo que yo me quedo francamente flipando. ¿Qué me calme?, ¿eso es lo único que se le ocurre ?. Escaneo al tipo, no creo que sea mayor que yo, gafas de sol en la cabeza lo que a las 7 de la mañana en pleno otoño le otorga una pinta de subnormal bastante genuina. Ceja derecha partida y rapado militar. Carne de bronca en el fútbol metido a madero, me digo. Mala suerte.

Decido obviar la frasecita y le pregunto el motivo por el que el Ayuntamiento consiente que haya árboles en tan mal estado en una zona tan de paso de la ciudad como el Parque de María Luisa, zona de visita obligada para miles de turistas que lo visitan todos los días y por donde solemos hacer deporte tantísimos sevillanos a cualquier hora. El municipal me mira de reojo y hace un leve gesto con la boca , de esos de ‘Y a mi que me cuentas’. Le insisto educadamente por la causa del lamentable estado del Parque y de porque habiendo una Delegación específica, la de Parques y Jardines, ni se podan las palmeras podridas ni se aplica un tratamiento adecuado para mandar al picudo rojo a hacer puñetas. Vuelve a mirarme y me casca un:

– Venga, venga, echaté pa tras.- Y me pega un toquecito.

Me lo quedo mirando sorprendido por el golpe pero aun más por la familiaridad con la que un servidor público se dirige a un ciudadano, en este caso el menda, al que no conoce de nada, tuteándome con un compadreo que ni acepto ni tolero de una persona a la que yo si estoy tratando, hasta el momento, con la debida cortesía.

– ¿Perdone?

– Te he dicho que te calmes. – Me dice sin ni siquiera mirarme-  Que no te lo tenga que decir dos veces. Tsssss…

Y claro, me calenté.

Como se imaginarán el picudo rojo, la palmera y la madre que los parió me las traían al pairo tras ese ‘tssss’ de cani chulito de discoteca que en boca de un agente de la policía local me resultaba del todo insoportable. Mientras comienzan a llevarme los demonios el cenutrio disfrazado de policía continua mirando la palmera como intentando descubrir el cable que se le había roto o localizar una luz roja parpadeante que le indique donde está el fallo. Le observo intentando entender el complicado procedimiento de investigación policial que esta realizando. Por fin chasquea la lengua y le traslada a su compañero el informe pericial preliminar de su investigación sobre el cadáver de la pobre palmera atacada por el Picudo Rojo.

– Se ha roto. – Dice el perfecto gilipollas.

– Brillante… – digo en voz baja, pero el CSI de Juan Ignacio Zoido se entera y elevando la voz me insiste, una vez más,  en que me calme a pesar de estar absolutamente calmado, pero esta vez ya me ha tocado la moral, así que me acerco a su oreja y en voz baja, para que solo él me oiga, otorgando intimidad a esa familiaridad que se ha tomado anteriormente le casco:

– Me calmaré si me sale de los cojones.

Ahora si que tengo concentraba sobre mi toda, toda, toda su atención. El compañero que hasta ese momento se había dedicado a jugar con el móvil debió imaginarse como se estaban desarrollando los acontecimientos porque dejó el wassap y salió del patrullero mirándome muy serio, imagino que analizando la posible amenaza en el caso de que la hubiera, lo que no era el caso.

– Buenos días señor. ¿Qué sucede?. Me dijo.

– Pues sucede, Agente, que casi me mata este árbol y aquí su compañero a parte de traerse unas confianzas que yo no le he otorgado es incapaz de responderme a una sencillita pregunta que le he hecho, y no se si es por desconocimiento, mala educación o sencillamente porque es imbécil.

A estas alturas ya me daba igual que me llevaran a la comisaría o al juzgado de instrucción.  La mayoría de los transeúntes que se habían acercado tras el accidente (corredores incluidos) comenzaban a marcharse prudentes ante la que  estaba a punto de liarse. El chulito analfabeto entreabre la boca y me mira con cara de reventarme. El compañero sigue serio sin dejarse sobrepasar por la situación, manteniendo la cabeza fría y la defensa enfundada. Al menos uno de los dos, concluyo,  es un profesional no como el tonto baba que me ha tocado en suerte, eso significa que al menos el 50% de mis impuestos que se gasta Zoido en la policía municipal está empleado en gente competente. El otro cincuenta son de los que se sacan fotitos con el fajo de multas durante la Feria pasada, o se graba con el móvil haciendo el gilipollas en el coche patrulla para luego colgarlo en  Facebook, y claro, así nos luce luego el pelo.

El chulito mete baza.

– A ver ‘quillo’. Documentación.

Quillo, me digo, ahora me llama quillo, hemos pasado de tutear al quillo en menos de un minuto. Lo que hubiera dado yo en ese momento  por poder retroceder al XIX y arreglarmelas con el municipal como las arreglaban los paisanos del “Viva la Pepa y vivan las caenas” ni se lo imaginan, metiéndole una siete muelles bien engrasada hasta el esternón y después que salga el sol por la Sierra Morena que yo le veré alistado en la cuadrilla del Tempranillo.

– No se si se ha percatado aun, Agente,  pero estoy en plena sesión de ejercicios y en estos casos el DNI lo dejo en casa

– Pues venga listo, contra el coche.- Hace el amago de cogerme del brazo, se lo retiro y  en mi cara -y en la suya- comienzan a verse los siete infiernos de Dante, uno detrás de otro, y todos pidiendo batirse

– A partir de este momento – digo- le exijo que se dirija a mi con la corrección que le aconseja su uniforme, Agente. No le tolero más un quillo, tuteo, picha, o compadreo.

Y así a las puertas de mi dos de mayo particular ( yo ya le veo al fulano hasta cara de mameluco) el otro municipal se mete por medio, manda a su compañero al coche y me pide que lo acompañe hacia la acera.

– Bueno, venga. – Me dice- Intentemos tranquilizarnos todos y empezar de nuevo. Lo primero es lo primero, ¿se encuentra Usted bien tras el accidente? ¿ Necesita que avisemos a los servicios sanitarios?

– No será necesario, me encuentro perfectamente.

– ¿Puede continuar por su propio pié o necesita que le acerquemos a su domicilio?

– Puedo yo solo Agente, no será necesario, gracias.

– Muy bien, permítame informarle sobre una serie de derechos que en este momento le amparan en caso de querer presentar una denuncia por la ‘caída de la palmera’. – a esto ultimo le pone cierto énfasis del que se sobreentiende una petición para que de por zanjada la pelea con su compañero “venga compadre que todo el mundo tiene derecho a un mal día y mi compi está en uno de esos, ya sabes, además no me jodas por tu madre, que la montaña de papeleo que me espera es ‘menúa’ como esto termine en una denuncia solo porque este es un perfecto bocazas”.

Entonces decido lo que se suele en estos casos, hacer de tripas corazón y seguir mi camino visto que con el nivelito que se gastan los agentes de la ley del país en estos casos a lo mejor hasta he salido bien parado –las imágenes de ocho mossos apaleando hasta la muerte a un hombre en el suelo del Rabal aun están frescas-.  Acepto su salida y el policía municipal, el profesional y competente no el otro, asiente con la cabeza y me lanza una mirada de agradecimiento por dejar ahí la historia. Me pongo de nuevo los cascos y me despido dándole los buenos días. Por el rabillo del ojo veo como el torete sale disparado del patrullero donde estaba esperando y se lía a gritos con su compañero, imagino que por dejar que me vaya.

Así vuelvo a mi casa a empezar el día, perjurando contra ese porcentaje de policías del país que le dan mala fama a esa institución y que hacen de su particular forma de entender la protección cívica algo terrorífico, esos para los que el ciudadano es solo un saco contra el que volcar su agresividad, sus complejos y su falta de educación.

Y encima con un ojo puesto al cielo por culpa del Picudo Rojo de los cojones.

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La noticia la descubrí en andaluces.es,ese periódico digital que ha nacido hace poco para intentar romper la hegemonía de los medios conservadores en la información. El titular era claro, tajante, horrible, impensable; de esos que solo hay una manera de escribirlo, a pelo, porque no hay como suavizar o matizar el contenido que anuncia.

“Asesina a su perro atándolo a una piedra en la playa”

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No pude evitarlo, el icono del ratón se me fue directo a esa noticia a pesar que otras noticias resaltaban en la pantalla; pase de largo sobre la investigación en que se desvela los manejos en sobresueldos del líder de los Populares andaluces, Juan Ignacio Zoido, y de una absurda polémica (de esas que solo a la izquierda española se le ocurre acomplejada por nuestra coolísima transición)sobre si esta bien o mal que los actores de esa serie infame que es “Isabel” realizaron una ofrenda floral ante la tumba de los Reyes Católicos . Ya se sabe, tanto monta, monta tanto y tal.

Y a mi que lo que más me molesta es ese rollito displicente de amorío adolescente que se gastan en esa serie en vez de plasmar en condiciones como se gestó aquella “fusión empresarial” que fue la unión de Castilla y Aragón. Cualquier día aparecen los dos tortolitos ( tonta ella, tonto el) mandándose mensajitos por wassap. Aunque ni punto de comparación con ese engendro de “Aguila Roja” .Ya me contarán como se aguanta una hora de  un puñetero Ninja en medio de la España de los Austrias sin que te entren ganas de calzarte el coleto y plantarte en el plató a darles justicia de soga por las tripas al equipo de guionistas.

Pero si de colgar por las tripas se trata nada como al individuo que consideró como lo más apropiado atar a su perro a una roca de una cala perdida en Huelva y esperar que la marea alta acabara con él.

Aviso que hasta aquí llega mi prudencia y mi contención en este artículo.

En una entrevista escuche a Perez Reverte decir que había seres humanos por los que no movería un dedo para salvarlos pero que sin dudarlo mataría por un perro. Como se imaginarán le calló la del pulpo, aunque el autor de la saga Alatriste , polemista como el solo, se las apañó medianamente bien. Hay cosas en esta vida que solo te las puede enseñar un perro, y eso lo sabe aquel que ha tenido uno; no es animalismo político ni retórica ñoña, es un hecho empírico objetivo. Hay algo en esa mirada complice que se retrotrae hasta el principio de los tiempos, en que canidos y sapiens nos cruzamos, que convierte en un crimen espantoso abandonar a un animal noble como es el perro a esa muerte horrible. Se que la raza humana tendemos con naturalidad a la vileza, empezamos bien cuando nacemos pero al ir creciendo no se lo que nos pasa ( me lo imagino pero como esto  no es ni un artículo sociológico ni un texto marxista pues se lo ahorro) que terminamos convirtiéndonos en unos perfectos hijos de puta, pero hasta para eso hay distintos categorías y la del mierda que dejó a su perro atado a una cadena en la roca es de las peores.

Si eres de los que tiene la suerte, o la ha tenido, de entender lo que digo sabes que pocas cosas hay en el mundo como ellos. No hay compañía que relaje más que cuando te babean la pantorrilla mientras se dejan acariciar la cabeza, ni más grata. Sabes como yo que si de lealtad se trata ninguna como la de tu perro – de la que algunos humanos bien podríamos aprender algo- para él no existe eso de te aguantaré mientras tu dinero, tu fisico o propiedades aguanten, luego me buscaré a otra o a otro más guapo, con más pasta y un chalet en el centro. Que va. Para ellos eso de abándonarte porque viejo y achacoso ya no das el juego de antes no entra en las reglas; Al contrario, como cualquiera he tenido mis momentos malos y les puedo jurar que pocas cosas me fueron de más ayuda para recuperarme que esa lealtad tan conmovedora de sus ojos atentos, sus lengüetazos y esa narizota húmeda, atento al más mínimo gesto para corresponderte con el paroxismo de su rabo. No existe mejor alivio para la melancolía y la soledad que su compañía fiel, la seguridad de que moriría por ti, sacrificándose por una caricia o una palabra.

Felipe Alcaraz en una de sus novelas dice “que el mejor amigo del hombre es un plato de huevos fritos con chorizo, el perro es otra cosa, un compañero de viaje”. Cuanta razón. Hace poco me enviaron unos amigo una foto de su primogénito, en ella me enseñaban como el recién nacido y su perra ( una labrador preciosa e inteligente llamada Nacha que es la niña de mis ojos) dormían placidos la siesta una al lado del otro. La muy jodía me mandó esa foto y no otra a sabiendas – es lo que tienen los amigos que te acompañan desde los 15 años, que conocen de sobra tus puntos débiles-,  que el detalle no me pasaría desapercibido. Mirándola no puedo dejar de pensar que es un niño afortunado. Primero porque podrá crecer aprendiendo la responsabilidad que representa tener que atender las necesidades de otro ser vivo a parte de las tuyas exclusivamente, y podrá disfrutar desde chiquito del placer de jugar con ella horas y horas, sin que nunca te pida un tiempo muerto, disfrutando de tu atención y el de la suya.

Y segundo porque crecerá seguro. Sus padres, usted y yo sabemos que no hay mejor protección que esa, en un mundo donde ni los infantes están a salvo para que algo malo le pasara a ese niño primero tendrían que vérselas con su guardiana, sin temores ni valoraciones de riesgos, para esa no hay medias tintas, nada de negociaciones con un posible atacante ni de valorar hasta donde se pone en riesgo el propio pellejo, “¿quieres algo con ese niño? Pues primero te las vas a tener que ver conmigo  y va a ser a muerte” pensaría seguro en caso de necesidad.

Hace poco una activista por los derechos humanos iraquí que estaba de paso por España me hizo el honor de contarme su historia, resulta que una noche su casa de Faluya fue asaltada por miembros de la policía de ocupación del país, buscaban – dijeron- a su hermano, integrante de la insurgencia. Fuera de la casa soldados americanos se aseguraban de que nadie se escapara de la casa; era de noche y entre los gritos, los ruidos de muebles rompiéndose y los focos de los hambys del ejercito americano seguro que todo el vecindario debía andar despierto.

Uno de los policías empezó a manosearle los pechos mientras otros reían, el pánico se apoderó de ella cuando la arrastraron a una habitación con claras intenciones de violarla. Gritó, pataleó, se resistió y pidió auxilio, llamó a todos sus vecinos pero nadie contestó, el ser humano es cobarde por instinto de supervivencia y frente a hombres armados más todavía. Entonces aquella mujer fuerte y digna, que hasta entonces me había relatado su dramática experiencia con el rostro serio y firme, dejó escapar unas lágrimas al recordar, entre sollozos, como solo su pastor alemán acudió en su ayuda y de como se enfrentó valiente, decidido, con esa lealtad absoluta de la que solo ellos son capaces, a aquellos miserables. Entregando su vida salvó la de aquella mujer. Juntando las manos como si aun pudiera sujetar entre ellas la cabeza de aquel animal, me contó como su perro moribundo, con más de 20 tiros en el cuerpo, aun tuvo fuerzas para lamer una última vez la cara que su ama, llorando desconsolada, mantenía pegada a la suya.

A menudo un perro acaba haciéndote mejor persona. Aunque por desgracia, también a menudo, tienen la desgracia de cruzarse con algún miserable de esos capaces de abandonarlo en una carretera o ahorcarlo en una encina cuando acaba la temporada de caza. Para  esos guardo un desprecio especial.

Yo no se si al desalmado que asesinó de manera tan cruel a su perro le caerá mucho más que una pequeña multa – ya que la guardia civil consiguió identificarle- visto el peculiar desprecio que el ordenamiento jurídico español reserva para el maltrato animal. Probablemente se quede en nada y tamaño hijo de puta se vuelva tan pancho a su casa a idear nuevas maneras de torturar a otro perro.

Lo que si que espero, y ojala leas esto, es que vivas muchos años, cabrón; que ninguna enfermedad te haga mella, pedazo de mierda;  para que cuando viejo e incapaz de mantenerte por ti mismo,alguno de tus hijos ( y espero que la genética en esto me eche un cable) razone con la misma mala sangre que tu y te tire desde el puente del Tinto con una bombona atada al cuello para que al menos, en tu muerte ( hijo de la gran puta) se le haga justicia a aquel pobre perro que nunca te mereciste.

En política casi nada es casual y casi todo es causal.

En política casi nada es casual y casi todo es causal. 

Este viejo axioma de la ciencia política nos sirve hoy para hablar de una sucesión de acontecimientos que en esta semana que dejamos atrás, han despertado la indignación, y la condena de gran parte de las cancillerías europeas hacia el Gobierno de Juan Carlos y Mariano Rajoy.

Una sucesión de graves acontecimientos que los medios oficiales han tratado de esconder y que marcan una linea de actuación, una posición ideológica terrible que ,aunque semiclandestina, los ciudadanos de este país tenemos la obligación de condenar.

Hablo de dos actos públicos oficiales. En uno veteranos del ejercito nazi de Adolf Hitler eran homenajeados en la comandancia de la Guardia Civil de Barcelona, con la presencia de la Delegada del Gobierno en Cataluña, Dña María de los Llanos de Luna.

En otro españoles supervivientes del campo de exterminio nazi de Mauthausen , en Austria, se quedaban esperando a que algún representante del Gobierno Español, aunque fuera un triste funcionario de la embajada en Viena acudiera a rendir homenaje a las víctimas del holocausto.

En política casi nada es casual y casi todo es causal.

¿Quienes fueron los españoles de la división azul? ¿Y porque al campo de exterminio de Mauthausen se le conocía como el “campo de los españoles”?.

La historia de la división azul comienza en 1941. Franco decide enviar ayuda a Hitler en forma de tropas para la denominada “operación Barbaroja”, la conquista y el exterminio de la Unión Soviética. Anteriormente a eso Franco había intentado, sin éxito, sumarse al Eje en la segunda guerra mundial. Decimos sin éxito porque a pesar de que la Régimen propagara que Franco, casi que consiguió engañar a Hitler para no entrar en la guerra ( propaganda que solo la historiografía oficial española sigue manteniendo) es ya conocido que la petición de Franco de quedarse con gran parte del imperio colonial francés a cambio de su participación fue , estrepitosamente, despreciada por Hitler y Mussolini. 

Franco encarga a Serrano Suñer, a la sazón cuñado de Franco y uno de los personajes más siniestros de las cloacas del fascismo español, del que volveremos a hablar más adelante, la conformación de una división de voluntarios.

El 20 de agosto, tras prestar juramento de lealtad a Hitler la División Azul fue enviada al Frente Ruso desplegándose en el sitio de Leningrado, donde pasó a integrarse en el 38 Cuerpo de Ejercito alemán. 

El plan de batalla de Hitler en 1941 era sencillo, su ofensiva se desarrollaría en tres frentes,todos bajo la premisa de ataques rápidos y en profundidad donde pillar de improviso al Ejercito Rojo y eliminar su capacidad de adapatación y respuesta.  el primero por el norte buscaría tomar Leningrado; el segundo por el centro conquistar Bielorrusia y Moscú y el tercero por el Sur conquistar Ucrania hasta el Volga para hacerse asi con las reservas petrolíferas del Caucaso.

 Pero claro, este plan no contaba con la resistencia del pueblo soviético. Tras una serie de campañas desastrosas donde todos los frentes rusos son avasallados por la Werchmag, los soviéticos consiguen frenar a los alemanes en Leningrado, Moscú y Sebastopol al precio de un altísimo numero de vidas. Comienza asi el sitio de Leningrado en el que participaron los falangistas de la division azul. Cuando Hitler comprendió que de tomar la ciudad tendría que garantizar el abastecimiento de tres millones de ciudadanos rusos tomó una decisión que en si misma, representa el horror absoluto. Antes de conquistarla había que dejar morir de hambre y frio a toda su población.

 Los alemanes mantuvieron durante 872 días, de septiembre de 1941 a enero de 1944 esta campaña de asedio y exterminio, fue uno de los episodios más heroicos de la segunda guerra mundial y uno de los asedios más terribles de la historia. Los alemanes bombardeaban la ciudad 14 horas al día, entre las ocho de la mañana y las diez de la noche, a la vez que la sometían a un hambre extrema, que dio lugar incluso a actos de canibalismo entre la población de la ciudad; en enero de 1942 la dejaron sin electricidad ni agua corriente. Hitler había ordenado que no se aceptase ninguna propuesta de rendición; su propósito era exterminar a todos los habitantes, ya que no quería supervivientes que hubiera que alimentar.

 

 

El 12 de enero de 1943 se llevó a cabo la «Operación Iskra» (en ruso, chispa), que implicaba ataques coordinados desde los frentes de Volchov y Leningrado. Objetivo: Liberar a los civiles del infierno en que los nazis les habían sumido los últimos años. Después de fuertes batallas, los soviéticos expulsaron a los alemanes de sus fortificaciones al sur del lago Ladoga, y el 18 de enero, los dos frentes se encontraron, formando uno solo que permitía el paso limitado de provisiones a través de un estrecho corredor. 

Esto no significaba que el cerco hubiera sido levantado. El 10 de febrero de 1943 se produce en los arrabales de Leningrado el más sangriento hecho en el que intervino la División Azul. La batalla de Krasny Bor donde 5.600 soldados de la División Azúl junto a la IV División SS y unidades del LIV Cuerpo de Ejército hicieron frente a cuatro divisiones soviéticas (con menos de un 50% de su plantilla, unos 22.000 hombres). Cerca de 300 españoles cayeron prisioneros.

La cifra oficial de muertes en Leningrado es de 700.000 civiles, la mayoría de frío y hambre. Fuentes fiables aseguran que murieron entre un millón y medio y dos millones de civiles. Esa fue la hazaña militar en la que participó la División Azul y por la que el Gobierno de Juan Carlos y Mariano Rajoy les homenajea en Barcelona. La colaboración activa en El asesinato de más de un millón de seres humanos por hambre y frio. Ni más ni menos.

En política casi nada es casual y casi todo es causal. 

Entre 1938 y 1945, a la localidad austriaca de Mauthausen llegaron, hacinados en trenes, cerca de 200.000 deportados: se dice que el olor de los cuerpos incinerados en el crematorio impregnaba el aire a todas horas. Mauthausen, era el centro de una constelación de sesenta y siete subcampos   repartidos por toda Austria, era el único campo nazi de la categoría III junto a Auswich, la de los prisioneros considerados como irrecuperables. De ahí que el comandante SS del campo,gustara de advertir a cada nuevo grupo de deportados que sólo saldrían de aquel infierno, por la chimenea. 

Los españoles que llegaron a Mauthausen formaban parte del medio millón de refugiados que cruzó la frontera francesa al final de la Guerra Civil. Lejos de hallar acomodo al otro lado de los Pirineos, quedaron custodiados en campos de concentración por los franceses. Iniciada la guerra mundial, muchos fueron enviados al frente o integrados en batallones de trabajo. La mayoría de ellos fueron capturados por los alemanes tras la rendición de Vichy.

 Serrano Suñer,–del que hablamos anteriormente y cerebro junto a Franco de la División azul-  fue requerido por las autoridades germanas para determinar el destino de estos prisioneros, a lo que replicó que “no eran españoles y por lo tanto que se encargaran de ellos los nazis como se merecían” ;aquello condenó a muerte a decenas miles de nuestros compatriotas. La mayor parte de los republicanos que llegó entre 1940 y 1941 fallecieron bien en ese último año o el siguiente. De hecho, en septiembre y octubre de 1941 todos los muertos de Gusen –un subcampos destinado al exterminio de los presos más débiles a través de inyectar gasolina directamente en el corazón de las victimas- eran españoles.

Los prisioneros de Mauthausen trabajaban hasta la muerte por extenuación extrayendo bloques de granito de la cantera y subiéndolos por una escalera de 186 peldaños cargándolos a la espalda  mientras los kapos -prisioneros que ejercían de capataces y guardianes-les empujaban y golpeaban. Se dice que cada escalón de la “Escalera de la muerte” de Mauthausen guarda una gota de sangre de un prisionero español.

Con el paso del tiempo, y la llegada de nuevos presos rusos, judios, hungaros  algunos españoles pasaron a desempeñar trabajos mas especializados: albañiles, peluqueros, administrativos o fotógrafos tenían más posibilidades de sobrevivir que los trabajadores corrientes. También podían acceder a más información y disponer de cierta autonomía para sostener la organización clandestina que, encabezada por los españoles, funcionó desde mediados de 1941.

ImagenAsi por ejemplo,el fotógrafo Francisco Boix pudo esconder copias de las fotos que coleccionaban los SS hasta el fin de la guerra y, gracias a ellas, acusar a los jerarcar nazis en el juicio de Nuremberg al que acudió como testigo principal.

 El recuerdo más vivo que dejaron los españoles fue su fe en la victoria final, incluso en los peores momentos de la guerra. «Una victoria más»,  era la frase que pronunciaban los españoles cada vez que subían el último peldaño de la escalera de la cantera.

Se estiman en 119.000 el número de prisioneros asesinados,Gaseados, muertos de inanición, de agotamiento físico en el trabajo forzado en las canteras, envenenados con inyecciones de gasolina o sometidos a duchas de agua helada hasta la muerte para comprobar el tiempo que tardarían los aviadores de la lutbafe en morir si eran derribados en los mares del atlántico norte o Rusia; fusilados o ejecutados de un tiro en la nuca. Prisioneras violadas  por perros amaestrados para diversión de los sádicos  guardas alemanes, Psicópatas de manual a los que se les dio vía libre para poner en práctica sus más atroces anhelos enfermizos.

Estos son los españoles y las españolas que el Gobierno de Juan Carlos y Mariano Rajoy deciden que no son dignos de contar con su presencia para homenajearles.

Y es que, En política casi nada es casual y casi todo es causal.

Los que somos demócratas sabemos que no es lo mismo el español de la División Azul que el español de Mauthausen. Los que creemos en el humanismo como filosofía de vida sabemos que los muertos por trabajos forzados, por palizas, experimentos inhumanos, o gaseados en la cámara de gas son LOS NUESTROS mientras que los veteranos de la división azul, por muy españoles que sean, no dejan de ser CRIMINALES DE GUERRA.

Intentar justificar toda una campaña de movilización y apoyo político militar al mayor régimen criminal de la historia de la humanidad, colaborar activamente en el asedio a Leningrado y la muerte por hambre programada de más de un millón de civiles rusos, o tener el curioso honor de contarse  entre algunos de los últimos y más conspicuos defensores de Hitler en sus últimos días son , ya de por si, motivos más que suficientes para que el Gobierno de una España democrática y en concordancia con el resto de Europa, condene a ese grupo de criminales.

La equidistancia en este como en todos los temas que tienen que ver con esta época de nuestra historia, memoria histórica incluida, solo esconde un serio, profundo y colectivo problema de conciencia de una parte de la sociedad española. Y no es un problema exclusivo de la derecha política, entiéndase  es una cuestión de Estado, es el stablisment que nos gobierna el que mantiene esa lógica terrible, pusilánime e injusta que busca en la equiparación entre víctimas y verdugos un hueco donde salvarse ante el ojo crítico de la Historia por su colaboración. 

En política casi nada es casual y casi todo es causal. 

Que en un acto público de la Guardia Civil se homenajeé a la División azul con la representación de la delegada del gobierno en Cataluña, en la misma semana que se desatiende un homenaje a las victimas españolas del holocausto no es casual. Es causal. Indica una deriva hacia un modelo de estado mas autoritario y menos democrático en interés de la oligarquía financiera que gobierna este país.

Para el resto de españoles que nos enorgullecemos de llamarnos demócratas  que nos enorgullecemos de identificarnos con aquellas mujeres y hombres que, con independencia de la nacionalidad o ideología, resistieron a la barbarie fascista en Europa; que llamamos nazis a los nazis de la división azul y no a los ciudadanos que protestan legítimamente en un escrache o que sentimos nuestra piel estremecer cuando nuestra mente vuela al lado de las victimas del holocausto y les acompañamos en su lento caminar hacia las camaras de gas, no hay lugar a las medias verdades del café para todos.

 

Homenajear un acto a los divisionarios nazis es indigno de una democracia y faltar a un acto de estado en recuerdo a las victimas del holocausto en general, y españolas en particular,es sencillamente de indeseables.

En política casi nada es casual y casi todo es causal, pero ese olvido causal, cinico y miserable no encontrará colaboración en nuestro silencio, porque a diferencia de Juan Carlos o de Mariano Rajoy aquí si que sabemos y si que recordamos, cual fue el bando de la Libertad.

 

 

A Neruda lo envenenaron

Era un secreto a voces. A Neruda lo envenenaron  por eso se van a exhumar sus restos. Su lengua era más dura que el hueso cubito que quebraron de los brazos de Víctor Jara, y mira que ese era también de buena casta.  

serán exhumados el 8 de abril para despejar las dudas si murió a causa de envenenamiento, como lo denunció su chófer.

En la exhumación participarán un equipo multidisciplinario del Servicio Médico Legal (SML), un equipo forense argentino, peritos españoles y observadores de Comité Internacional de la Cruz Roja. Neruda murió 12 días después del golpe de estado  perpetrado por Pinochet contra el Gobierno de Salvador Allende. La versión oficial indicaba que el poeta había muerto de cáncer de próstata. 

Había que quitarlo de en medio, sabían que ese no se callaba y que podía hacer mucho ruido, al tiempo que podía aglutinar en torno a Imagensu figura y su Partido – Neruda era militante del Partido Comunista de Chile- a toda la oposición política al golpe; recordamos que en la fase de elección del candidato a la Unidad Popular era la propuesta de los comunistas chilenos previo a la aceptación de la candidatura de Salvador Allende.  No hubo roces entre ellos, en eso coinciden todos los autores que de este asunto algo han escrito.

Desde el principio Neruda acompañó a su Presidente en la construcción de la que se llamó la vía chilena al Socialismo. Hasta en la muerte le acompañó unos días después del bombardeo de la Moneda. 

Pinochet era un criminal inteligente, supo ver la verdadera dimensión de su adversario y por eso lo mató. Como a tantos otros, con la ayuda siempre generosa en esos menesteres del amigo yanqui.

El intelectual comprometido, radical, coherente con la realidad del momento y con la valentía de contar su verdad en el momento en que hay que contarla es peligrosísimo, no después una vez pasado el momento concreto donde lo cotidiano se convierte en historia y con el toro pasado todos se vuelven Manoletes; sino cuando la verdad o al menos la suya, la que le es propia, puede ayudar a ver por donde se camina y hacia donde dirigen las señales. A ese numantino de las ideas el déspota le teme más que al mejor entrenado de los sicarios porque aunque intente imitarle, no puede.

Postdata: Me permito recomendarles una novela recientemente publicada «La disciplina de la derrota» de Felipe Alcaraz. ¿Y a cuento de que habré yo enlazado estas ideas?

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Ultimamente no lo veía tanto como antes. El verano terminó y con él las mañanas perdido entre las estanterías de la Biblioteca Infanta Elena la Tonta, allí coincidía con él. Lo que empezó siendo una serie de miradas furtivas del uno al otro terminaron convirtiéndose en miradas cómplices de reconocimientos mutuo.

Siempre impoluto, pantalón claro y camisa de algodón bien planchada, a veces complementado con un sombrero de verano o una gorra tipo tweed. Para mi la viva imagen de la elegancia, sobre todo en relación conmigo que como siempre desde que llega el calor iba en camiseta, pantalón corto y sandalias, uso de dos tipos, las que se conocen como hawaianas y unas abarcas típicas de Baleares que me compré en Menorca y que guardo como oro en paño.

La contemplación boyeurista mutua, casi clandestina,  intentando identificar el autor que cada uno leía dio paso a un cortes  «buenos días» cada mañana, tras dos semanas compartiendo las mismas estancias comunes en que coincidíamos tras dejar ese universo individual maravilloso en que te sumerge la literatura, se hacía indispensable un mínimo de cortesía.

ImagenEra mayor, un día por una de esas increíbles profesionales que trabajan en nuestra biblioteca pública y que maltratamos sin recursos, con un bajo salario y con recortes de uno y otro, me enteré que era viudo con una historia increíble por detrás.

Su mujer había muerto hacía poco,la compañera con la que había compartido su vida durante gran parte de su vida y viéndose solo decidió refugiarse en los libros. Solo aquel que es lector entiende de lo que hablo, se crea una extraña compañía entre la persona que lee y los personajes a los que va acompañando. ¿O son ellos los que acompañan a uno?, no lo se, quizás al «Maestro» como me gustaba llamarlo, en esos días uno de los libros que leí fue «Los enamoramientos» de Javier Marías en el que unos desconocidos entrelazan sus vidas y donde los primeros capítulos son una serie de descubrimientos personales entre unos personajes que no se conocen entre si pero al coincidir todas las mañanas en la misma cafetería se observan con familiaridad, y se llaman por apodos al no conocer el nombre de cada cual. Le encontré paralelismo a  la relación que estaba teniendo con mi compañero de las mañanas ardientes de julio y agosto así que decidí buscarle un apodo, me pareció correcto usar el término de maestro y siempre me quedé con la duda de cual sería el que, seguro, me habría dedicado.

El pasado martes me acerqué a devolver unos libros y volví a verlo, nos encontramos en la galería de la M-O sección narrativa, los dos asomamos una sonrisa al amigo que hace tiempo que no ves y él , elegante como siempre, volvió a saludarme con un buenas tardes, les juro que en mi cabeza lo vi continuar con un «como decíamos ayer» y me lo imaginé cual  Fray Luis de León volviendo a su cátedra de Valladolid tras cinco años de ausencia por el fanatismo inquisitorial de la Iglesia.

Le estreché la mano, me pareció correcto y conforme a las reglas que sin hablarlas habíamos establecido. En su mano un libro de Pio Moa, él debió ver en mi cara la decepción, se me estaba callendo un mito, una leyenda, un modelo. Colocó el libro en su estantería y con voz firme me dijo:

Más malo imposible, no he podido pasar del primer capítulo.

La leyenda renacía y tras darle de nuevo las buenas tardes nos despedimos, él espero que a seguir viviendo el final de su vida con dignidad y acompañado por la literatura; yo con la esperanza del reencuentro en verano en que enfundado en mis pantalones cortos y mis chanclas pueda volver a perderme, como ratón de Biblioteca, por mi particular estación de Pasión por la Catedral de las letras de Sevilla.